Más de un millón de españoles se manifestaron en Madrid en el año 2009, en defensa de la vida, la mujer y la maternidad. El gobierno del PSOE de entonces hizo caso omiso de aquel clamor y un año después no dudo en sacar adelante una nueva ley del aborto, dando satisfacción fundamentalmente al lucrativo negocio abortista, financiado por el conjunto del Estado con una cantidad anual que supera los cincuenta millones de euros.

Aquella ley acentuaba aún más la indefensión de la más inocente e indefensa de las criaturas, el niño concebido, y agravaba aún más el entorno de soledad y abandono en que se encuentran en España las mujeres ante un embarazo imprevisto, cuando todo tipo de dificultades afectivas, familiares, laborales y sociales, las abocan en muchos casos a tomar la dramática decisión de abortar.

Desde entonces, todas las organizaciones que trabajan por la vida y la maternidad en España a una sola voz se han venido manifestando en el Día Internacional de la Vida, exigiendo al gobierno de turno la derogación de la actual ley del aborto, la defensa sin excepciones del niño por nacer y el apoyo eficaz a las mujeres embarazadas vulnerables y con riesgo de exclusión social. Conscientes de las evidencias científicas y antropológicas sobre la naturaleza humana del embrión, del fracaso social y del drama que supone el aborto para las mujeres, los españoles vienen desde entonces reclamando algo que es de justicia y redunda, no sólo en beneficio de la mujer, sino también de la sociedad en su conjunto.

El pasado domingo, en una multitudinaria manifestación en Madrid y en más de treinta ciudades españolas y extranjeras, la plataforma ?Si a la vida? nuevamente reivindicó alto y claro al actual gobierno en el poder que, sin ser nuestro modelo de ley ideal el Anteproyecto de Ley de Protección de la Vida Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada, y reconociendo sin embargo el avance que supone en la buena dirección, reclamamos una ley que en efecto proteja de manera eficaz a la mujer embarazada, de un entorno cultural y legislativo que lleva tres décadas sometiéndola a la más estricta soledad y abandono cuando quisiera seguir adelante con su embarazo o decide tener a su hijo.