Publicado en ABC 25.06.2015
Hace unos días vimos publicada una noticia cuyo título era `La población de 25 a 40 años se reducirá en un 40% en solo 15 años´. Sólo el titular da vértigo. Como siempre, nos preocupamos demasiado tarde. El Senado ha aprobado un informe para potenciar la adopción de medidas relacionadas con la despoblación rural en España. ¿Despoblación rural? ¿No llevamos escuchando esto más de 50 años? Suena a antiguo, pero es muy actual.
En España hay cada año un déficit de unos 250.000 nacimientos respecto de los necesarios para asegurar la sostenibilidad de la población. La tasa de fecundidad es de 1,27 hijos por mujer (2013) tasa que no asegura el reemplazo generacional. El informe relata que cada nueva generación tiende a ser un 40% menos numerosa que la anterior y, mientras tanto, en España hay más de 100.000 abortos al año. Mujeres que se ven abocadas a abortar por no recibir apoyo en su maternidad. En Fundación REDMADRE vivimos esta realidad día a día ayudando a las mujeres embarazadas con dificultades para que lleven a buen término el embarazo. Pero no se trata de solucionar el problema mediante la buena voluntad de miles de voluntarios que regalan su tiempo, sino de desarrollar políticas activas donde se tengan en cuenta los factores sociales, económicos, culturales, laborales, emocionales (entre otros) que impiden a las familias tener los hijos que les gustaría tener.
El informe del Senado hace suyas las soluciones que propone Alejandro Macarrón, experto demógrafo y autor del libro `El suicidio demográfico de España´. La primera de ellas sería sensibilizar a la población y a los líderes sociales de la magnitud del problema que afecta a la sociedad en su conjunto, pero también a la vida personal. Se trataría de crear un clima favorable a la maternidad. La segunda sería dar al problema la (alta y estratégica) prioridad que se merece. Como tercera medida proponen estudiar la cuestión y las posibles soluciones, con rigor y sin prejuicios partidistas, ideológicos y religiosos (en España estos prejuicios han influido en la política familiar durante décadas). La cuarta solución iría encaminada a compensar a los padres por el esfuerzo de la crianza y reconociendo su aportación social. También se plantea un apoyo concreto a las mujeres embarazadas independientemente que sean o no trabajadoras; y por último, sería muy importante, según el informe del Senado, concienciar y apoyar a los jóvenes a iniciarse en la maternidad/paternidad en una edad más temprana (se está teniendo el primer hijo alrededor de los 31 años), para ello habría que modificar nuestros planes de estudio y el tardío acceso de los jóvenes españoles al mercado laboral.
Felicitamos al Senado de España por interesarse en esta cuestión altamente importante para el futuro de España y urgimos a los partidos políticos a considerar la maternidad como un bien personal y social.