Artículo publicado en El Norte de Castilla por Rosario Bachiller Luque, Pediatra. Presidenta de REDMADRE Castilla y León.
Uno de cada cinco embarazos en Castilla y León no llega a término. Se decide interrumpirlo de manera voluntaria. ¿No podrían mirar los gestores de las estrategias poblacionales de nuestra Autonomía este dato? En veinte años hubiéramos duplicado la población de Soria y Segovia si hubiesen existido políticas activas de apoyo a la mujer embarazada en circunstancias desfavorables y de apoyo a la mujer trabajadora y a la familia.
Es cierto que, según datos publicados por el Ministerio de Sanidad, la tasa de abortos cada mil mujeres bajó de 12.01 en 2012 a 11.74 en 2013, pero cuando relacionamos estos datos con los nacimientos, se observa que la proporción de abortos ha aumentado con respecto a los nacimientos.
Las motivaciones que apunta la mujer que llega a la decisión de abortar en más del 98 % a petición propia, y que se han reflejado en un reciente trabajo de investigación de la Universidad de Valladolid, apuntan que en primer término son circunstancias económicas desfavorables y en un segundo lugar de origen laboral (Tesis Doctoral de L. Sierra Martínez, UVA, 2015). En este mismo estudio, se describe que la edad media de la mujer que opta a IVE (interrupción voluntaria del embarazo) es de 29 años. Muy superior a la edad media de hace veinte años en que la media era muy inferior. No es una niña. Y su nivel de estudios es medio-alto. Pero las circunstancias laborales, económicas y personales le abocan a esa decisión, que ninguna mujer prefiere como la mejor. Los niveles de ansiedad, medidos en una muestra poblacional de mujeres que acuden a interrumpir su embarazo en nuestro medio, se demuestran muy elevados en la escala STAI de acuerdo con el referida reciente investigación.
Las directrices en materia de educación afectivo-sexual emprendidas hace más de veinte años no parece que hayan logrado combatir el fracaso que supone el que uno de cada cinco embarazos en Castilla y León no llegue a término. Sin embargo no se vislumbran políticas valientes en este tema. La libertad de la mujer a optar al aborto es superior a la posibilidad de ofrecerle ayudas. Ayudas que le hagan ver que un embarazo no es una desgracia, sino un bien muy preciado en esta sociedad tan envejecida. La mujer es la única que se embaraza y no percibe (que se lo pregunten alguna vez), apoyos estatales a su situación que, indudablemente suponen un desgaste físico y emocional. Pero un gran bien social.
Trato de llamar la atención de la necesidad de políticas sociales y educativas que ayuden a modificar estas cifras y que desde hace tantos años reclamamos desde la Federación REDMADRE Castilla y León. Sin paños calientes. Son muchos los partidos en las recientes elecciones que han apelado a estas políticas como argumento importante de sus programas electorales. Desde REDMADRE esperamos esta ayuda para poder atender a los cientos de mujeres que cada año acuden a sus sedes provinciales, en esta asociación sin ánimo de lucro que lleva trabajando en Castilla y León desde hace ya más de dos legislaturas. El Plan de Apoyo a la mujer embarazada en circunstancias desfavorables y las estrategias poblacionales no han tenido éxito. Es indudable. Quedan reducidas a papel, esquemas y organigramas, en reuniones que parecen silenciar la conciencia política de nuestros gestores. No dudo de las buenas intenciones. Pero tras estos datos, vamos a intentar dar soluciones realistas. Nunca es tarde si la sociedad se hace consciente de la verdad y no se le oculta esta realidad que es tan políticamente ?incorrecta?.
En esta grave crisis económica que padecemos desde hace ya unos años y que están sufriendo sobre todo las clases más desfavorecidas, ha sido el apoyo familiar el que ha logrado que esta tasa de paro tan desorbitada que padece España, no haya provocado una crisis social. La familia en España es fuerte y crea fuertes vínculos entre sus miembros. Sin embargo, las posibidades de las pensiones de los abuelos y los ahorros familiares están al límite. Y es el momento de políticas estatales activas, realistas y que lleguen a la familia. No sólo teorías de despacho. Ser padre hoy día es una heroicidad no reconocida.
La tasa de fecundidad se sitúa en mínimos, sin que las estrategias poblacionales hayan surtido ningún efecto. El Instituto Nacional de Estadística prevée que en este año España registrará mas defunciones que nacimientos. Y en Castilla y León la sangría demográfica es aún mayor que en otras comunidades con lo que hemos logrado tener una población cada vez más envejecida, con el mayor porcentaje de mayores de 85 años. Con reiterada frecuencia nos están recordando que son más las personas que se jubilan que las que se incorporan a la edad de trabajar. Y que los jóvenes se van y tienen menos hijos y más tarde.
¿No es hora de que intentemos rescatar a ese niño que cada cinco no logran ver la luz por circunstancias desfavorables?