Los datos sobre la llamada brecha salarial entre hombres y mujeres demuestran que quien está discriminada salarialmente no es la mujer en abstracto, sino la que es madre. Tanto en tasas de ocupación como en retribuciones hay una sustancial similitud entre hombres y mujeres hasta que se produce la maternidad. Momento a partir del cual la tasa de ocupación de la mujer empieza a caer sensiblemente y comienza un proceso de desigualdad salarial a favor del varón, que se produce especialmente en los complementos retributivos que tiene que ver con la antigüedad y la promoción.

Es decir, también desde este punto de vista se comprueba que en España la maternidad está penalizada, algo incomprensible en un país con la crisis demográfica que padece el nuestro.

Como hemos dicho tantas veces desde REDMADRE, las discriminaciones existentes respecto a la mujer embarazada y la madre en España son un problema de primera magnitud que debiera ser afrontado honestamente por nuestros gobernantes.

No es razonable que siga existiendo está discriminación de la madre en nuestro mercado laboral ante la indiferencia de las autoridades. Hace falta una reflexión colectiva en la que participen políticos, empresarios, sindicatos y asociaciones expertas en el apoyo a la mujer y a la maternidad para ir alumbrando un nuevo modelo de relaciones laborales y nuevas políticas sociales de apoyo a la maternidad que permitan generar una dinámica social de apoyo a la mujer que es madre también en el seno de las empresas.