Cada año en Europa, los niños de 20 semanas de gestación que nacen vivos al momento del aborto, son abandonados hasta su muerte, sin cuidados, luchando por respirar, muchas veces, durante varias horas, o son asesinados por una inyección letal o asfixiados y luego arrojados a la basura con los otros desechos hospitalarios.
En este informe se podrá encontrar información oficial y testimonios de médicos y enfermeras quienes fueron testigos de esta práctica. Ellos manifiestan la incomodidad del personal médico y revelan frecuentemente que los padres no están informados de la supervivencia de su hijo y las verdaderas causas de su muerte. Muchas veces el recién nacido es asesinado solo porque tiene una discapacidad, con el fin de “no contrariar” a los padres.
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