A lo largo de la semana se han publicado varias entrevistas a tres mujeres conocidas y con gran poder de influencia. Las tres hablaban de diferentes cuestiones sobre su maternidad explicando sus decisiones sobre los hijos que han tenido: los que nacieron y los que no llegaron a nacer.
Una relataba que cuando estaba a punto de recoger a su hija adoptada (porque no quería compartir su maternidad con un hombre) se quedó embarazada y no sabía quién era el padre. Comentaba que tras un momento de estupor concluyó que su verdadera hija era la que iba a recoger y que el embarazo imprevisto no era deseado y llegaba en un mal momento, por lo que decidió abortar.
Otra mujer, madre de familia numerosa, explicaba que sus hijos fueron deseados y que hay pocas cosas peores en la vida que tener un hijo cuando no lo has buscado o lo tienes, según ella, por el imperativo de la sociedad. Por lo que en un ‘susto’ que tuvo ella decidió tomar la píldora del día después. Además, declaraba que era defensora del aborto como solución a un embarazo no deseado.
La tercera y más conocida ha sido ‘madre-abuela’ y está feliz de serlo porque lo hace cumpliendo el deseo de su hijo, ya fallecido, de tener un hijo póstumo.
A REDMADRE vienen mujeres con situaciones complejas alrededor del embarazo, mujeres que no habían deseado ni tampoco previsto la gestación del hijo que están esperando, pero que deciden continuar. Cuando esas mujeres están con sus hijos, los cuidan con inmenso amor y se sienten contentas del amor que reciben de ellos. El embarazo, aun siendo una situación difícil, no es lo peor que le puede pasar a una mujer, ¡ni mucho menos!
El derecho a vivir del no nacido no surge de haber sido deseado o no, sino que deviene por ser un ser humano. La ley del aborto en vigor (que acaba de ser declarada constitucional) y el lenguaje manipulador de la realidad del inicio de la vida, están llevando a las personas a vivir como normales situaciones que no lo son en absoluto. Un hijo no es un objeto de deseo.