¡Qué curioso!

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Amaya Azcona

Directora General de REDMADRE

No es habitual encontrar artículos de mujeres quejándose de lo doloroso que es el ejercicio físico en el gimnasio, las molestias que se perciben al hacer sentadillas, trabajando con las pesas o al ejecutar bien los ejercicios de pilates; por no hablar de las lesiones que, en ocasiones, pueden aparecer. Tampoco es habitual leer escritos de mujeres quejándose de cuanto se suda en la elíptica, ni encontramos descripciones sobre lo mal que se sienten cuando el pelo se pone verde, por causa del cloro, en la piscina de ‘aquagym’.

Las mujeres no protestan diciendo que no les avisaron acerca de lo difícil que es mantener el cuerpo en forma.

Tampoco es habitual leer artículos relativos a las operaciones de estética a las que se someten miles de mujeres cada año, el dolor de las mamas recién operadas, el riesgo de las anestesias, la molestia de las suturas por los sitios del cuerpo donde se ha intervenido, etc. No he escuchado lamentos por tener que estar boca abajo cuando se realiza un cambio de grasa del abdomen a los glúteos.

Y qué decir de las reacciones alérgicas al tinte de pelo, los tirones y las quemaduras de la cera depilatoria, o el olor de los químicos para las uñas de gel. ¿Nadie explica cómo se sienten las jóvenes cuando se someten por primera vez a estas prácticas?

Me resulta curioso que desde hace más de 10 años leo artículos de mujeres famosas que han dado a luz y que se quejan de las dificultades físicas del amamantamiento, de la episiotomía o de la cesárea, de las estrías, de la falta de sueño y de la dificultad de volver al estado físico anterior, entre otras quejas. Es recurrente una reclamación que hacen: ‘No me avisaron de que la maternidad también era esto, y ¡es un horror!’ Aluden a que en las redes y en las películas se muestra una maternidad perfecta sin sufrimiento y ellas están descubriendo una maternidad donde el cuerpo cambia y se requiere esfuerzo físico y, a veces, se sufren ciertas molestias. Transmiten que se sienten engañadas. Me pregunto: ¿engañadas por quién?

Sin embargo, ninguna de ellas (muchas son periodistas, actrices, escritoras, que han cuidado su cuerpo con ejercicio físico y han recurrido a cirugía plástica, además de pasar por la peluquería y la estética con asiduidad) muestra disgusto por estos sacrificios para estar ‘perfectas’ y no avisan a las jóvenes del esfuerzo que esto requiere. Quejarse solo de la maternidad ¡Qué curioso!

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