¿Qué puede haber endurecido tanto el corazón de algunas personas y oscurecido sus inteligencias, al punto de obstinarse en despreciar o simplemente ignorar, la dignidad y el valor de la vida de todo ser humano en cualquier momento de su biografía, especialmente en las primeras etapas de su desarrollo? ¿Qué razones les impulsa a ocultar el incuestionable hecho de que la inmensa mayoría de las madres vulnerables que han abortado en España, lo han hecho desde la soledad y el abandono, presionadas por propios y extraños a tomar una decisión siempre trágica para ellas, ante la cual el mismo Estado actualmente las desampara no ofreciendo ni financiando prácticamente otra alternativa que la falaz y dramática «solución» de abortar?
Los voluntarios de la Fundación REDMADRE en más de cuarenta ciudades españolas o quienes colaboran con la Escuela de Rescate a las puertas de las clínicas abortistas, somos testigos todos los días de que las madres en su inmensa mayoría se sienten impelidas a abortar y que, cuando reciben siquiera un poquito de apoyo y cariño, revierten su triste decisión original y apuestan decididamente por la vida de sus hijos y por su propia salud, mostrando un coraje admirable que debiera animar a nuestros gobernantes y al conjunto de la sociedad civil a legislar sin miedo en defensa de la vida y la maternidad, y a poner nuestros poderosos e insustituibles granitos de arena para paliar el abandono de esas madres con riesgo de exclusión social, o las secuelas que sufren cuando en absoluto desamparo toman una decisión que en verdad no querían tomar.