El grave precipicio demográfico en el que ya se encuentra España está directamente relacionado con el apoyo cultural y financiero que los sucesivos gobiernos, de forma activa o pasiva, han venido otorgando hasta la fecha a la masiva y sistemática práctica del aborto y, aún más importante, a la casi absoluta ausencia de políticas de apoyo a la maternidad.
El Instituto Nacional de Estadística acaba de publicar los datos provisionales del Padrón Continuo a 1 de enero de 2013, registrándose por primera vez pérdida de población en España desde el dramático 1939, en un número que alcanza las 205.788 personas. En 2012 el número neto de españoles empadronados experimentó un insignificante aumento del 0,02%, mientras que el de extranjeros se redujo en un 3,8%.
El grave precipicio demográfico en el que ya se encuentra España está directamente relacionado con el apoyo cultural y financiero que los sucesivos gobiernos, de forma activa o pasiva, han venido otorgando hasta la fecha a la masiva y sistemática práctica del aborto y, aún más importante, a la casi absoluta ausencia de políticas de apoyo a la maternidad, encontrándose en este aspecto nuestro país a la cola de Europa, como se desprende del pormenorizado estudio comparativo realizado recientemente por la Fundación REDMADRE.
Una cifra superior a los 50 millones de euros anuales invierte el conjunto del Estado español en la financiación de abortos cuya cifra anual crece incesantemente. En concreto, en 2011 crecieron un 5% en relación al año anterior, alcanzándose la espeluznante cantidad de 118.359 abortos, a pesar del aumento del uso de la píldora abortiva postcoital y el éxodo masivo de inmigrantes a sus países de origen.
Los datos son rotundos y la tendencia imparable, lo cual debiera constituir un toque de alarma para nuestra clase política y para el conjunto de la sociedad civil, así como una poderosa razón más a incluir en el debate que se acaba de abrir en torno al anuncio realizado recientemente por el Ministro de Justicia, D. Alberto Ruíz Gallardón, por supuesto en favor de la propuesta que originalmente ha sido presentada en defensa de la vida de los españoles por nacer y el apoyo a la maternidad.
A nadie sensato se le puede escapar que de seguirse con las políticas mantenidas hasta la fecha, se producirá una práctica inviabilidad del Estado de Bienestar de consecuencias dramáticas para el conjunto de la población y, especialmente, para los sectores más desprotegidos.