Acabamos de celebrar el día de la madre y es buen momento para recordar que llegamos al mundo en diálogo con nuestra madre. Multitud de estudios reflexionan sobre la importancia del diálogo entre las personas, especialmente aquellas unidas por vínculos de sangre y afectivos. Es prácticamente imposible que podamos sobrevivir sin relación con nuestros semejantes.
Todos nosotros somos hijos porque tenemos una madre. El vínculo madre hijo se crea en el útero materno. Un lazo de unión que comienza en el momento de la concepción con un diálogo biológico entre dos seres humanos diferentes, pero íntimamente relacionados, es un diálogo profundo y fundamental, sin él no es posible la vida del embrión.
Una parte del diálogo es hormonal: oxitocina, cortisol y progesterona comienzan una relación. Que esta relación sea equilibrada, que se lleven bien, es vital para el embrión. El diálogo entre ellas también influye en las emociones de la madre y produce, incluso, cambios en su cerebro (estructurales y funcionales) y la prepara para recibir e interpretar las necesidades del hijo. Este vínculo, diálogo o relación se refuerza con el parto y la lactancia al potenciarse ciertos circuitos neuronales.
Cuando una mujer llega a REDMADRE pidiendo apoyo para su embarazo o dudando si continuar o no, nuestros voluntarios y empleados le relatan la existencia de ese diálogo ya comenzado y le animan a escuchar a su hijo que le está hablando desde el primer momento y le dice que la necesita, que sin su ayuda no puede continuar su aventura vital. La mayoría de ellas se abren a ese diálogo y continúan el embarazo.