El domingo 20 de noviembre los españoles ejerceremos nuestro derecho a votar. A muchos de nosotros, defensores de la vida desde el momento de la concepción, que ayudamos a mujeres embarazadas cuando se encuentran frente a dificultades, nos va a resultar muy difícil decidir el sentido de nuestro voto. ¿Dónde está la dificultad? En que los partidos políticos mayoritarios no consideran que sea un tema relevante como para llevarlo en sus programas.
Trabajar por el bien común es una obligación de los ciudadanos. Los hijos son un bien personal y social (desde Fundación REDMADRE no nos cansamos de repetirlo) y ayudar a una mujer en su maternidad es trabajar por el bien común. No se construye una sociedad estable sin apoyar a sus miembros más débiles. Una mujer embarazada sin esperarlo, sin recursos, sin las ayudas necesarias para resolver su entorno problemático, o sin el apoyo de su familia, queda abandonada a su suerte y comienza a pensar que la única solución a su embarazo imprevisto es el aborto. En Fundación REDMADRE acompañamos a las mujeres y las asesoramos sobre cómo superar cualquier conflicto alrededor de su embarazo y trabajamos para que desde la administración se elaboren programas concretos de apoyo a la maternidad.
Los últimos datos del INE reflejan que estamos en decrecimiento de la población: hay más defunciones que nacimientos (nacen un 40% menos niños de los necesarios para el relevo generacional). Durante algún tiempo el déficit de nacimientos en la población autóctona se ha suplido con los nacimientos de las personas que venían de fuera. En los últimos años la tasa de natalidad también ha descendido entre la población inmigrante.
Ante una noticia de este calado no ha habido prácticamente reacciones, ni desde la Administración, ni desde los partidos, ni desde la sociedad civil. Cuesta asumir que no se tome en consideración una cuestión de tanto alcance personal, social y económico.
En primer lugar, es un problema personal: las encuestas reflejan que a las familias españolas les gustaría tener más hijos de los que han tenido. Ante la pregunta de cuáles son las causas de esa decisión la respuesta es que las condiciones en las que viven muchas familias no lo permiten (dificultades para la conciliación, carestía de la vida, inestabilidad laboral, dificultad de acceso a la vivienda, etc.). El problema personal se convierte en un problema social: envejecimiento de la población y aumento del gasto pensiones, disminución de la población activa y decremento de las cotizaciones, familias de uno o dos miembros que ya no pueden ejercer de cuidadores de sus niños ni de sus mayores ni atender a la dependencia.
El cortoplacismo de la política tiene consecuencias a largo plazo. ¡Que inventen ellos! resumió perfectamente la negativa a invertir en el futuro y España aún sufre sus consecuencias. ¿Qué frase podríamos utilizar para este nuevo error histórico? Ya suena una: ¡Que procreen ellos! Esperemos que no sea la frase que resuma los errores del Siglo XXI.
Reflexionar sobre estas cuestiones es nuestra obligación como votantes y a eso invitamos desde Fundación REDMADRE.