El debate sobre el derecho a la vida y la protección a la maternidad sigue vivo en todas las esquinas del mundo:
– en la campaña electoral a la presidencia de los EE UU, estos temas son nucleares en la identificación de los candidatos y sus plataformas electorales.
– En Polonia la sociedad civil se ha movilizado presentando a debate al Parlamento una iniciativa legislativa popular de revisión de la legislación sobre el aborto en clave de erradicación del mismo que ha sido admitida a trámite.
– En China se está revisando a fondo la política del hijo único por sus nefastas consecuencias para el equilibrio demográfico de la sociedad china.
– En Chile se debate a fondo el reconocimiento del derecho al aborto promovido por la presidenta Bachelet con un rechazo por parte de la sociedad chilena sin parangón en la historia reciente del país.
– La legalización de los llamados «vientres de alquiler» provoca amplio rechazo en países europeos como Francia o Italia y es rechazada por países antiguamente permisivos del tercer mundo y por parte significativa del feminismo occidental.
Podría seguir poniendo ejemplos a lo largo y ancho del planeta, pero basten éstos para demostrar que el mundo no se ha rendido a la cultura de la muerte como algunos quieren hacernos creer.
La banalización del aborto es reversible; la batalla está viva. Hay razones para la esperanza.