Artículo publicado en La Razón, 26 de enero de 2015.
Acabo de ver en la televisión las imágenes de la Convención del PP de este fin de semana; he visto un claro intento de imagen del PP por recuperar las esencias tradicionales del partido, su historia y sus causas, para reconectar con -y movilizar a- su electorado clásico. Pero he echado en falta la presencia del niño no nacido. Esta Convención ha escenificado ?por omisión- el abandono por parte del PP de su histórico compromiso con la defensa de la vida del más indefenso de todos: el que aún no ha nacido. He visto imágenes y oído discursos de personas a las que conozco, de personas que en años pasados se opusieron al aborto, que votaron contra el aborto, que firmaron recursos de inconstitucionalidad contra las leyes permisivas del aborto, que han dicho en público y en privado ?también a mí- que para ellos la defensa de la vida era esencial, que se han manifestado en las calles con la buena gente provida contra el aborto muchas veces. Pero este fin de semana no se han acordado de esos niños que no llegan a nacer. ¿Ya no les importan?
La decisión de Rajoy de hacer suya la ley del aborto de ZP, al renunciar a modificarla, parece haberse convertido en doctrina consolidada del PP a la luz de lo que hemos visto en esta Convención. Cuesta creerlo. Pero un partido como el PP que escenifica su imagen pública y sus señas de identidad históricas en momentos cruciales, sume en el silencio la causa de la vida con la que se identificó de forma militante en el pasado reciente. ¿Donde está el PP que se opuso a la ley del aborto de 1983 y la recurrió ante el TC? ¿Donde está el PP que se opuso a la ley del aborto de 2010 y la recurrió por inconstitucional? ¿Donde está el PP que se manifestó en las calles de España contra el aborto y a favor de la vida una vez y otra cuando gobernaba el PSOE? ¿Donde está el PP que en su programa electoral de 2011 comprometió la revisión de la legislación abortista de ZP? ¿Donde está el PP que hace pocos meses votó en el Congreso de los Diputados en votación secreta a favor de la derogación de la ley del aborto vigente? A este PP no lo hemos visto este fin de semana en la Convención del PP
Conozco personalmente a muchos líderes del PP; he hablado con ellos muchas veces sobre el aborto. He trabajado con ellos en propuestas de leyes, enmiendas, discursos, informes, votos particulares, recursos de inconstitucionalidad,? frente a las políticas y leyes abortistas. Y no entiendo que ahora, de repente, algo tan serio ya no les preocupe ni les ocupe; no merezca su atención; no sea digno ni de una referencia. Recuerdo ?por no remontarme mucho en el tiempo- el recurso de inconstitucionalidad firmado por Rajoy y Soraya en 2010 contra la ley ZP; recuerdo el estupendo voto particular firmado por Soraya en la Subcomisión de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados que estudió aquella reforma legal; recuerdo ? ¡tantas cosas! Recuerdo conversaciones privadas en los despachos de Moncloa y de algunos Ministerios no hace tantos meses. ¿Qué ha sido de todo ello?
¿Ya no existe el PP que se comprometía con la vida, el matrimonio y la familia? ¿Ya no les importa su base electoral a la que estos temas sí les importan? Sé que militantes del PP con cargos representativos relevantes han querido hacer oir su voz en defensa de la vida en la Convención de este fin de semana y no se les ha dejado hueco ni oportunidad, pues el reglamento de la reunión estaba pensado para que la voz de la base no tuviese oportunidad de manifestarse. Mientras tanto, la voz de la calle en defensa de la vida sí se ha hecho oir a través de las redes sociales que han convertido en trending topic el hastang ConvenciónPPVidaYa en las mismas horas en que los líderes del PP desgranaban sus discursos triunfalistas, ajenos y traidores a las preocupaciones reales de su bases, militantes y votantes.
He visto en las imágenes de la televisión sobre la Convención del PP los rostros de personas que una vez y otra me han manifestado en privado su compromiso con la causa de la vida; y de personas que en público se han pronunciado a favor de la vida y contra la legislación que ahora el PP renuncia a derogar a pesar de poder hacerlo. Y me pregunto: ¿qué piensan de verdad? ¿qué es para ellos de verdad importante: el poder, el cargo o los valores? Tu, Ministro, que gestionas con éxito tu área sectorial y aspiras a proyectarte en responsabilidades más amplias, ¿no crees que debieras dar la cara por la causa de la vida? Tu, Ministro, que no ocultas tu compromiso con tus convicciones religiosas católicas, ¿no crees que debieras hacer algo más? Tu, Ministra, que te defines como provida, ¿no crees que tu voz coherente se echa en falta hoy? Tu, joven parlamentario, que haces de portavoz del PP en las teles, ¿no debieras decir en público sobre el aborto lo que siempre me has dicho en privado? Y podría seguir?dirigiéndome a muchos a quienes tú, lector, quizá, no identifiques con seguridad?pero que ellos y yo sabemos quienes son.
El próximo 14 de marzo la sociedad española está convocada a manifestarse en defensa de la vida bajo el lema ?cada vida importa?. Lo que hemos visto este fin de semana ratifica la necesidad de esta manifestación: la sociedad civil debe levantar la bandera de la vida que los partidos políticos ?en particular, el PP- han decidido abandonar.
Ningún partido político puede aspirar a recibir el voto de aquellos cuyos ideales renuncia a defender. Ningún partido político puede aspirar a fidelizar el voto de aquellos a quienes traiciona incumpliendo sus compromisos expresos en materia relevante. Ningún partido político puede pretender que sigan votándole aquellos a quienes ha engañado. El miedo es motivación pobre, insuficiente e ineficaz. Lo que une e ilusiona es la causa compartida, el ideal ilusionante, el proyecto compartido.
Pretender construir una mayoría social sobre el miedo al otro y no sobre el proyecto compartido, es intento fútil y abocado al fracaso.