Muchas mentiras rodean la defensa del aborto. Es habitual escuchar a los promotores del aborto en cualquier país ofrecer datos imposibles sobre muertes de mujeres en abortos clandestinos, violaciones, etc. El 28 de septiembre es un día donde los defensores del aborto hacen campañas por todo el mundo para legalizar el aborto, campañas basadas en gran medida en elaboradas mentiras.
El caso Roe versus Wade y la histórica sentencia de 1973 que estableció el acceso al aborto en EEUU se basaron en una mentira.
Todo comenzó con la intención de Norma McCorvey (Jane Roe fue el nombre ficticio que se usó) de dar en adopción a su tercer hijo (su primera hija se dio en custodia a la abuela y la segunda se dio en adopción). Norma McCorvey tenía problemas de adicciones y no podía hacerse cargo de su hijo. Contó al médico que se había quedado embarazada fruto de una violación (años después confesó que mintió sobre la violación). Las abogadas feministas que llevaron el caso hasta la Corte Suprema lo sabían e incluso lo reconocieron años después alegando que, la causa que defendían, legalizar el acceso al aborto en los Estados Unidos, estaba por encima de esa mentira.
Norma no abortó, pero la mentirá ayudó a que se despenalizase el aborto en Estados Unidos. Muchos años después Norma, tras trabajar en un centro abortista, fue consciente del horror del aborto, reconoció que había mentido y dedicó el resto de su vida a trabajar por el derecho a la vida y la ilegalización del aborto.
Mientras escribo este artículo, el gobierno de España anuncia su intención de derogar la reforma de la Ley del aborto por la que las menores entre 16 y 18 años requieren el consentimiento de sus padres para someterse a un aborto. Una vez más el movimiento abortista dejará indefensas a las jóvenes frente a las presiones para que aborten que ejercen con frecuencia quienes las han dejado embarazadas; dejará indefensas a las jóvenes frente a la manipulación de quienes supuestamente vendrán en su ayuda planteándoles el aborto con la gran mentira de que es la única solución.
En REDMADRE sabemos que el aborto no es la solución ni para el hijo ni para la madre, por las graves consecuencias que acarrea: la muerte del hijo y el habitual trauma de la mujer (negar este trauma es otras de las grandes mentiras de los abortistas). El aborto no es una solución feminista a los problemas de las mujeres sino algo que permite la irresponsabilidad sexual de los hombres a costa de las mujeres.