Las embarazadas en situación de vulnerabilidad son invisibles hasta que salen las estadísticas anuales. El 27 de noviembre se publicaron los datos del número de mujeres que abortaron durante el año 2018, datos que, por desgracia, van en aumento: casi 96.000 mujeres se sometieron a un aborto. Esto supone que una de cada cinco mujeres no encuentra soluciones a su situación frente a un embarazo imprevisto y que, además, no puede recurrir a las administraciones públicas dado que prácticamente no existen medidas de apoyo para ellas. Mujeres abandonadas a su suerte y la única salida que se les ofrece es el aborto.

¿Qué situaciones inciden en que el embarazo no se pueda vivir con normalidad y la mujer decida abortar a su hijo? Existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que una mujer tome la decisión de no continuar su embarazo. Factores que han sido muy bien analizados en un estudio que presentó el profesor Koch en Naciones Unidas.

Los principales factores son: la fuerte coerción para abortar que sufre la embarazada de parte de sus padres o de su pareja, esa coerción en ocasiones viene acompañada de violencia psicológica y física de la que poco o nada se habla. Otro factor es el abandono de la pareja o amenaza de abandono y el miedo a perder el hogar. Hay que añadir aquellos asociados a expectativas de vida como son la amenaza de pérdida del empleo, riesgo en la continuidad de los estudios, el cambio o frustración del proyecto de vida, la situación socioeconómica y el temor a ser madre. Además de los componentes emocionales añadidos como son la profunda soledad y el gran nivel de estrés al que la mujer, que descubre que está embarazada de forma imprevista, experimenta.

La mejor manera de eliminar o amortiguar estas circunstancias es creando programas públicos y privados de acompañamiento a la mujer embarazada donde se le asista de forma integral. Según Koch estos programas tienen una tasa de éxito de más del 80%. La experiencia de Fundación REDMADRE nos muestra que de cada 10 mujeres que estaban dudando si continuar o no con su embarazo y que recurrieron a nosotros más de 9 tuvieron a sus hijos. Si muchas de las 96.000 mujeres hubieran sido acompañadas la mayoría de ellas podrían no haber tomado la traumática decisión de abortar, porque ya nadie discute que el aborto es un fracaso y un trauma al que ninguna mujer debería someterse.