Ha llegado a mí una publicación sobre el trabajo en red colaborativo (El trabajo en red colaborativo: desafíos y oportunidades) que aporta interesantes reflexiones acerca de la necesidad de aceptar la complejidad de la realidad, abandonar la culpa por no llegar a todos los conocimientos, abandonar también la autodefensa y la omnipotencia y asumir la interdependencia entre organizaciones, disciplinas y actores implicados en la misión.

Para el trabajo en red colaborativo en REDMADRE contamos con diferentes actores: las 40 asociaciones REDMADRE locales, el resto de asociaciones que acompañan a la mujer embarazada y las múltiples organizaciones públicas y privadas, que pueden aportar conocimientos y recursos para que podamos ofrecer un acompañamiento interdisciplinar aprovechando la especialización de cada uno.

Respecto de los actores, nos invita el estudio a valorar la importancia de escuchar, tal vez más que de hablar, y reconocer al ‘otro’, incluyendo al usuario y a sus familias, como parte de la red. Pero no solo eso, también nos invita a ser más conscientes que, en los usuarios y en su red natural, reposa sabiduría real con la que analizar conjuntamente cuatro aspectos: a) los recursos informales existentes, b) los recursos informales potenciales que actualmente no son utilizados, c) las barreras para involucrar elementos infrautilizados y d) los factores a considerar en la decisión de incorporar recursos informales en el plan de intervención formal.

Cada vez más vamos siendo conscientes de la importancia de incorporar a las mujeres y a sus familias como parte de nuestra red, tanto para poder ofrecerles un mejor apoyo como para mejorar nuestro conocimiento de la realidad en la que intervenimos. Nadie mejor que ellas saben lo que necesitan. REDMADRE les ofrece principalmente la ‘malla de seguridad’ para que avancen sin miedo.