Noticia publicada por El Español/ Nerea San Esteban. 26.09.2016
Cuando Ada se quedó embarazada supo que, sola, no podría mantener a un bebé. De República Dominicana y sin papeles, decidió seguir adelante con la gestación. «El padre del bebé me dijo que no estaba preparado para tener un hijo», rememora con su pequeño, Wilder, en los brazos. A los 5 meses de embarazo le contaron qué era la Fundación REDMADRE. Allí acudió a pedir ayuda. «Una amiga me dijo que ayudaban a las chicas que tenían poco recursos», cuenta.
La asociación tiene 40 delegaciones en toda España. «Me acogieron como una gran familia porque todo lo que he necesitado me lo han dado. Leche, pañales…», explica. «Ahora me van a ayudar a ver cómo soluciono lo de mis papeles», apunta Ada, que llegó en 2006 a Madrid y que tiene otra hija de 14 años.
«MUCHAS NOS PIDEN QUE LES ACOMPAÑEMOS AL PARTO»
El trabajo que hace la fundación REDMADRE pasa por atender, de forma individualizada, a cada una de las mujeres embarazadas que sea acercan a sus delegaciones. En 2015, la fundación atendió a 11.323 mujeres y un 90% de ellas siguió adelante con el embarazo. «En este momento la sociedad no ayuda a la mujer embarazada», asegura la directora general de REMADRE, Amaya Azcona, que ejemplifica:»A veces las mujeres pierden el trabajo, un tercer hijo está mal visto..».
La mayoría de las de madres asistidas son mujeres menores de 30 años (78%), de las que un 32% no ha cumplido los 20. El 51% no tiene apoyo de su familia, el 60% tampoco de su pareja, el 83% carece de empleo y el 58% son de origen extranjero. «Nuestro objetivo es que la mujer que ha llegado aquí con una necesidad salga antes de que el bebé cumpla 18 meses con la necesidad resuelta», apunta Carmen Casquel, trabajadora social.
Esas necesidades pueden ser «meramente materiales, pero también psicológicas», indica. Y REDMADRE trata de cubrir las dos. Disponen de almacenes que, a partir de donaciones de particulares y empresas, se llenan de ropa de bebé, carritos y cunas para las mujeres que esperan un hijo. Además, cada dos semanas, una psicóloga acude a la fundación a hacer «terapia individual y grupal con las mamás».