Como tanta gente, siento una gran preocupación por el alarmante dato del número de abortos registrados en el último año en España. Este hecho no solo refleja una grave crisis moral y social, sino que pone en evidencia la necesidad urgente de replantear el valor que otorgamos a la vida humana, a la maternidad y al papel único e insustituible de la familia en nuestra sociedad. Dice mucho de nuestra situación social tan poco saludable.

Como sabemos en Fundación REDMADRE, desde una perspectiva de salud, el aborto no solo supone la pérdida de una vida inocente, sino también una profunda herida física y emocional para muchas mujeres. Es imperativo que, como sociedad, protejamos a la mujer embarazada, especialmente en momentos de vulnerabilidad ofreciéndoles apoyo, recursos y opciones que valoren tanto su salud como la de los hijos que llevan en su seno.

En nuestro país somos las asociaciones civiles las que estamos al pie del cañón disponibles para tantas mujeres que lo necesitan porque las políticas sociales apenas contemplan medidas que faciliten la continuidad del embarazo, como se refleja anualmente en nuestro informe Mapa de la Maternidad. Es decepcionante la nula acción de aquellos que, desde su puesto de responsabilidad política, deberían estar al servicio de la sociedad promoviendo políticas sociales que protejan y valoren la vida y la maternidad.

Es momento de replantearnos nuestras prioridades como sociedad y trabajar para crear un entorno donde la maternidad sea valorada y apoyada, y donde las mujeres encuentren una red de apoyo genuino que les permita prosperar, tanto a ellas como a sus hijos.

Quiero destacar un dato que confirma nuestra postura: en 2023 más de 60.000 mujeres acudieron a REDMADRE para recibir el apoyo necesario a la hora de afrontar una futura maternidad; y 8 de cada 10 que tenían dudas de si abortar o no, continuaron con su embarazo al recibir el apoyo que necesitaban. Por ello, pese a la tristeza que genera el escandaloso aumento del número de abortos en nuestro país, también vemos cómo cada vez más mujeres se resisten a poner soluciones drásticas a un embarazo imprevisto y éste es el motivo que nos anima e impulsa a seguir adelante en nuestra labor de apoyo y acompañamiento a toda mujer embarazada que nos lo pida. No puedo terminar sin agradecer a cada uno de nuestros voluntarios (más de mil en toda España) su esfuerzo y dedicación diaria a esta necesaria labor.