Cualquier mujer que ha estado embarazada sentiría terror pensando que está a punto de dar a luz en una situación difícil. Han comenzado los síntomas del parto: contracciones, rotura de aguas, y no tiene un lugar donde refugiarse para pasar el trance. Es lo que le pasó a nuestra chica, ¡qué mal momento para dar a luz! Igual que fue mal momento para quedarse embarazada; los vecinos hablaron mal de ella: ?no tiene marido?, ?es muy joven?, ?a saber de quién es el hijo?. Pero ella continuó adelante con la gestación, llevaba un hijo en su seno y lo acogió con amor. Ahora llega el momento de dar a luz, sin partera ni mujeres expertas que la atiendan. Buscan refugio en un cobertizo. El parto avanza y hay que prepararse para dar a luz. ¡Qué momento! No es fácil imaginar la situación, un parto sin prácticamente medios. Al fin la vida se abre camino: ¡es un niño! Hay que abrigarlo.
Esta es la historia de Miriam, una mujer palestina, embarazada y a punto de dar a luz, que por cuestiones político-administrativas tiene que desplazarse a otra ciudad. Cuando llega allí, después de un viaje con muchas incomodidades, se encuentra en la calle junto con su esposo sin saber dónde pasará la noche (no ha habido posibilidad de reservar un lugar para dormir).
Cuántas mujeres en el mundo experimentan esta dificultad. Se han quedado embarazadas y la mayoría de sus conocidos las miran mal porque son muy jóvenes, porque son muy viejas, porque tienen muchos hijos, porque no tienen pareja, porque no tienen trabajo, porque espera una niña y ya tiene otra, porque el niño tiene alguna malformación o porque son varios. Pero a pesar de todo, ellas siguen adelante con el embarazo. Cuidan a sus hijos en su seno hasta el nacimiento, que en muchos casos ocurre en condiciones muy extremas: en campos de refugiados, en aldeas alejadas de las ciudades, en barcazas, etc.
Desde La Fundación REDMADRE queremos felicitar a todas las madres valientes que acogen la vida a pesar de las dificultades con las que se encuentran. Un nuevo ser humano que llega al mundo. Nadie sabe qué misión tendrá en la vida, a cuánta gente va a ayudar, qué descubrimientos hará, a cuantas personas ayudará. Apoyar a las madres embarazadas es apoyar el desarrollo de la humanidad.