Publicado en La Voz de Galicia. Miguel Ascon/ 07/10/2016
Quien tiene hijos sabe que, cuando dejan de ser bebés, la casa se llena de calientaleches, tronas, carritos, cunas y demás mobiliario y enseres que ya no sirven para nada. Muchos acaban regalados a familiares o amigos, pero otros terminan en el contenedor. Darles a esos utensilios una nueva vida desde un prisma solidario es el objetivo que han ensayado las asociaciones APES y REDMADRE con el proyecto «REchupete».
La primera fase del proyecto superó todas las expectativas de sus promotores. Recibieron más de veinte carritos, diez cunas, siete parques, ocho sillas de seguridad para el coche y otros muchos enseres que fueron repartidos entre 67 familias. Después de vivir la experiencia de ver cómo sus garajes privados se llenaban hasta los topes, ahora la asociación REDMADRE cuenta con una nave para almacenar las aportaciones solidarias de los ourensanos.
Esa infraestructura es necesaria, especialmente si se tiene en cuenta que en este nuevo curso escolar se van a incorporar al proyecto Franciscanas y cuatro colegios públicos todavía por determinar. Además, en el centro penitenciario, a los veinte internos que ayudaban a reparar los carritos y las cunas, se les unirá ahora otro grupo más reducido que realizará otro tipo de actividades, como visitas a colegios. La iniciativa, según apuntó ayer Raquel Crespo, de la asociación APES, les sirve a ellos para que se sientan útiles y, en cierto modo, para «revertir el daño que han hecho a la sociedad».
El de ayer fue un día para celebrar el éxito de la iniciativa y su evolución y los colectivos promotores convocaron a los colegios participantes el curso pasado y a una representante del centro penitenciario a un acto en el les entregaron un detalle en agradecimiento por su ayuda.